Después nos fuimos a comer al restaurante El Bardo, que está en la Avenida de Portugal. Nos pusimos "las botas", la comida "mmmmmmm", buenísima y muy bien de precio. Como siempre pasamos un rato muy agradable pues las personas que trabajan allí siempre nos tratan con mucho cariño y respeto. Lo único que a nuestro amigo Loren le hubiera gustado que le sirviera una camarera en vez de un camarero, jajajaajajaja, muy listo este chico. Después, un rato descansando y de nuevo al centro a preparar la vuelta a casa.
Ahí os dejamos una pequeña muestra de nuestro día. ¡Ah! como siempre un placer realizar esta actividad en conjunto con nuestros compis de Salamanca, nos ha encantado.